¿Debí tirar más fotos?
Cómo Bad Bunny me ha acompañado en las etapas del duelo, en mi transformación como boricua en la diáspora y en compartir sin miedo la situación política de Puerto Rico en Miami.
De Puerto Rico a Miami: un duelo silencioso
Cuando digo que “ya no lloro”, es porque gasté mis lágrimas entre el 2017 y el 2020, mi rock bottom: cuando viví en carne propia la destrucción de un huracán categoría 5, me mudé de Puerto Rico a Miami y aprendí a vivir con mi nueva identidad; otra boricua en la diáspora.
Pero no cualquier diáspora, una diáspora boricua en el sur de Florida. Una diáspora minoritaria, donde los puertorriqueños quedamos en un segundo o tercer plano, bajo la inevitable bruma del exilio cubano, venezolano y de otros países de Latinoamérica. Y lo entiendo.
Sin embargo, puedo contar con los dedos de una mano las personas que han logrado empatizar conmigo en esta ciudad. Me mudé de mi país buscando un mejor futuro, pero parece que reclamar las injusticias que hemos vivido a manos de Estados Unidos y desear un mejor futuro para nuestra Isla es casi un insulto, solo por haber nacido con ciudadanía y pasaporte americano.
“Los puertorriqueños se mudan porque solo quieren dinero”, “¿De qué ustedes se quejan si tienen ciudadanía?”, “¿No crees que Estados Unidos los ha ayudado en no convertirse en Cuba?”, “No he vuelto a ver a mi familia en años y tú los ves casi todos los meses”, “Los puertorriqueños quieren todo rápido y fácil”...
Esto es solo una pequeña lista de las cosas que me han dicho, intentando invalidar mi dolor como puertorriqueña. Como si comparar y juzgar el dolor ajeno les diera un super poder.
Hipersensible y mitad cubana al fin, esas palabras me las llevé al pecho. Cada comentario, cada intento de invalidar mi experiencia, me empujaba más hacia un lugar de confusión, dolor y hasta vergüenza.
Entra Bad Bunny…
Bad Bunny es una figura polarizante: o lo amas o lo odias. Pero para los puertorriqueños, aunque también es polémico por razones políticas, el significado de sus canciones es mucho más profundo de lo que parece. Sus canciones, con esas descripciones tan específicas de jangueos en Puerto Rico, solo las entiende alguien que creció en Pe Erre. Nada más gracioso que ver a la gente cantar a coro “un perreo sucio en la placita” o “yo siempre quise ser bichote” sin tener ni puta idea de lo que están diciendo.
Y suena tonto decirlo, pero su música ha marcado momentos clave en mi proceso de sanación. Han pasado seis años y mi transición a Miami solo puedo compararla con las etapas del duelo, y como todo duelo, todavía duele de vez en cuando.
Luego llegó Debí tirar más fotos. Este álbum me robó el corazón, sacando a la superficie todos los sentimientos por mi patria, obligándome a sentirlos y a explorar todo lo que ha cambiado… y todo lo que sigue igual.
Me llevó a “parir” este escrito, y no pude soltarlo hasta que lo terminé. Espero que les guste:
Un timeline de mi duelo como boricua en la diáspora al son de Bad Bunny
Verano 2018
Soundrack: Te Boté Remix y I Like It
ETAPA DEL DUELO: Shock
Tengo una memoria muy clara de escuchar “De mi vida te boteeee” desde los carros pasando mientras desempacaba mi vida entera en mi apartamento de 1 cuarto y 1 baño, una semana después de casarme y partir de Puerto Rico con un one-way ticket para comenzar una vida nueva. Como muchos latinos en el mundo, comencé a convivir luego de casarme, y acababa de dejar a mi mamá y a mi hermana en el Aeropuerto Luis Muñoz Marín, en el llanto más profundo que las tres hemos compartido. Tenía 27 años, y ellas habían sido mis roomates durante toda mi vida.
Todo era nuevo y, aunque pensaba que la transición a Miami sería sencilla, las canciones de Bad Bunny, que sonaban a dondequiera que iba, eran un recordatorio constante de lo cerquita que estaba de mi patria.
ETAPA DEL DUELO: Negación
Pasaron las semanas y los meses, y aunque vivía en el apartamento y la ciudad que siempre soñé, solo quería estar en Puerto Rico. Durante mis 30 minutos de almuerzo frente a la computadora, añoraba la vida lenta que vivía en mi Isla, escribiendo con la brisa del aire entrando por las ventanas y tomando dos horas de almuerzo para disfrutar de una botella de vino mientras hablaba de la vida con las dos amigas del alma que había hecho justo antes de partir.
Tengo un recuerdo muy vívido de llorar en mi mat de yoga mientras miraba el skyline de Miami desde mi balcón, todo lo que alguna vez soñé. Estaba escuchando En mi viejo San Juan. Ahora me rio del drama, pero en ese momento fue desgarrador.
2018 - diciembre
Soundrack: Álbum X100pre
ETAPA DEL DUELO: Negociación
Benito lanzó X100pre en Nochebuena de 2018, y siempre que lo escucho, siento ese retortijón en el estómago que solo ocurre cuando hueles el perfume de alguien que ya no está. Tres meses después de mudarme de Puerto Rico, este álbum trajo alegría y perreo a mi primera Navidad lejos de la Isla. Extrañaba tanto a mi Islita que decidí no ir para proteger mi proceso. Sabía que si visitaba durante las navidades —las más largas y alegres del mundo— el dolor que sentía sería aún más grande.
Cambié las parrandas por Christmas shopping sprees y el Bombazo Navideño 2 por Otra noche en Miami, intentando aceptar mi nueva realidad.
2019
Soundrack: Oasis
ETAPA DEL DUELO: Ira y depresión
Irónicamente, 2019 fue el año más triste de mi vida, incluso antes de la pandemia. Me enfrenté cara a cara con todas las heridas que había dejado sin sanar, y se sintió como si una espada me atravesara el estómago una y otra vez, tratando de matarme, pero nunca logrando el golpe final. Pasé cuatro meses sin trabajo mientras mi esposo estaba fuera en un viaje laboral, y caí en una depresión que me llevó al borde del precipicio. Acepté un trabajo tóxico, y aunque cuestionaba y peleaba cada falta de respeto, seguía quedándome, como si estuviera atrapada.
Entre el coraje, la ansiedad y la tristeza, me desconecté de mí misma en un intento de encajar en un lugar que aún no sentía como hogar. Y aunque Oasis fue un álbum bastante criticado, La Canción se convirtió en un refugio inesperado, ayudándome a encontrar un poco de alivio en medio de tanto dolor.
2020
Soundrack: YHLQMDLG
ETAPA DEL DUELO: Prueba
En el año más difícil de la vida moderna, YHLQMDLG se convirtió en mi álbum favorito y en un grito de guerra para esta boricua que sentía su voz silenciada. Estaba embarazada de mi hija y, aun así, perreé hasta abajo con Safaera y aún recuerdo qué hacía y dónde estaba sentada cuando rompió el internet con el video de Yo perreo sola. Estas canciones me recordaron que, aunque vivía una etapa de transición llena de pruebas, aún podía bailar y conectar con mis raíces.
Mientras balanceaba mis emociones en medio de elecciones caóticas y el inicio de mis 30s, enfrenté momentos como ver a Karol G apropiarse de Bichota, una palabra tan nuestra. Aunque al principio me molestó, terminé bailándola mientras aprovechaba para explicarles a mis amistades por qué no era su lugar usarla. Años después, Bad Bunny dejó claro que en “Pe Erre es que salen las verdaderas bichotas”, algo que cerró el círculo para mí.
En 2020, entre caos y aprendizaje, Yo Hago Lo Que Me Da La Gana fue el recordatorio de que, incluso en la diáspora, mi voz y mi identidad no podían ser silenciadas.
2021-2023
Soundrack:
Sticky Sticky Bubble Gum, Un verano sin ti y Nadie sabe lo que va a pasar mañana
ETAPA DEL DUELO: Aceptación y esperanza
Con la llegada de mi hija, partieron mis dos abuelas en Puerto Rico con una diferencia de 6 meses. Dolió y lo lloré, pero también gané dos ángeles y una Estrellita en el cielo que siempre me cuidan a mí y a mi hija. Y así, cambié el reggaetón por Ms. Rachel y mis miedos por esperanza. Jamás pondría la responsabilidad de un niño en curar a un adulto, pero la realidad es que, criándola a ella, me he sanado a mí misma. Le estoy dando todo lo que soñé y enseñándole lo que mi alma hipersensible habría apreciado al crecer.
Un verano sin ti, con sus melodías felices, representaron bien lo que viví durante esa época: mucha alegría y abundancia para mi familia. Me abrí a conocer nuevas personas y, curiosamente, hice tres amigas que jamás pensé encontrar en esta ciudad. Incluso, mi actual mejor amiga es la más "gringa" de todas, pero me entiende, me respeta y tiene sazón latino. Todas las hice a través de los amigos de mi hija.
Mi hija fue la chispa que necesitaba para salir de la bolita de miedo en la que me había convertido. Ojos lindos siempre me recuerda esta época tan linda.
Creciendo alrededor del duelo
2024-2025
Soundtrack: Una velita y Debí tirar más fotos
Las elecciones en Estados Unidos no eran nada comparadas con lo que pasaba en Puerto Rico, que estuvo a punto de cambiar un sistema político que perpetúa una relación tóxica con Estados Unidos. Mientras tanto, yo acababa de comprar una casa, un sueño que había rechazado cuando me mudé, y atravesaba un momento difícil en un trabajo donde sentía que estaba perdiendo mi esencia. Sentía que debía volver a escribir, pero no sabía por dónde empezar.
Escuché Una Velita y algo despertó en mí, todo lo que había reprimido al intentar mantenerme “estable”. Mis abuelitas me guiaron: me sacaron del trabajo que ya no me llenaba, me ayudaron a convertir mi casa en un hogar y decidí volver a escribir, algo que había dejado atrás por tantos años.
Debí Tirar Más Fotos de Bad Bunny, fue la gota que derramó el vaso. El álbum me recordó cómo crecemos alrededor del duelo, cómo el duelo se vive en todos los aspectos de la vida. A través de canciones como Lo que le pasó a Hawaii, Debí tomar más fotos y Turista Bad Bunny nos habla a los boricuas, especialmente a los que hemos dejado la isla. He llorado todo lo que no lloré ni en el posparto escuchando este álbum.
Este álbum, tan lleno de amor hacia Puerto Rico, me ha brindado la oportunidad de compartir mi historia con personas que quizás no comprendían completamente lo que significa ser boricua en la diáspora, especialmente con aquellos en Miami que están dispuestos a escuchar y entender.
A pesar de que la mayoría de los cubanos que me rodean terminaron en Miami, mis abuelos eligieron Puerto Rico buscando el sueño americano, en un lugar que les recordara su tierra. Pero lo que encontraron fue un sueño mucho más grande: uno lleno de amor, alegría, naturaleza y la cultura latina y caribeña que los hizo sentir en casa. Mi abuelita, que siempre amó Cuba, también sintió un amor profundo por el país que le dio la oportunidad de criar a sus hijos en la cultura que ella eligió. Siempre decía "aquí me muero", y así vivió su sueño boricua.
Como dice Benito, “el que se fue sueña con volver”, y aunque mi familia y yo estamos bien aquí, espero seguir regresando a un Puerto Rico lleno de puertorriqueños. Y tal vez, algún día, comprar un pedacito de campo para el retiro y poner dos sillitas de plástico para seguir tirando fotos.
Gracias Benito 🇵🇷
Si llegaste hasta el final, gracias. No sé si eres boricua o de donde eres, pero aprecio que quieras aprender sobre un punto de vista del que no se habla mucho.
Espero que puedas quedarte aquí un rato.
Con amor,
María Elena Rodríguez
Bello! ❤️
Que bonito ME! Thanks for sharing ❤️
Adri